Intervención del Consejo General de Iglesia y Sociedad,
de la Iglesia Metodista Unida
Presentada a la 55 Sesión de la Comisión de Naciones Unidas
sobre de Derechos Humanos
Ginebra, Suiza
13 de abril de 1999
Leído por Libertao C. Bautista y Peggy Francis Scott
Item 11 e Religious Intolerance

 

Estimada Señora Presidente:

Hablo en representación del Consejo General de Iglesia. Nuestra
iglesia tiene desde hace mucho tiempo un compromiso de solidaridad con
los Pueblos Indígenas y contra la intolerancia religiosa.

Es nuestra política "apoyar a las necesidades y aspiraciones de los
pueblos nativos de América en su lucha por la vida y por el
mantenimiento de la integridad de su cultura en un mundo que busca su
asimilación, occidentalización y absorción de sus tierras y poner fin
a su tradicional modo de vida" (1996 Book of Resolutions of The United
Methodist Church, p.181).

La Sra. Peggy Francis Scott continúa mi declaración:

El Dineh tradicional vive en Black Mesa, una región remota al noreste
de Arizona, en los Estados Unidos. Es un pueblo místico cuya
identidad, modo de ser, modo de conocer y actuar están íntimamente
vinculados a la tierra. La religiosidad Dineh está inseparablemente
vinculada a la tierra. Cada acto de la vida diaria de los Dineh está
intrínsecamente compenetrado a este territorio y a la tierra.

Venimos ante usted como un pueblo orgulloso de nuestra tradición y
nuestra religiosidad. Pero también venimos con el cuerpo herido y el
alma destrozada. Nuestra identidad religiosa y estructuras
(conceptuales) están íntimamente vinculadas a la tierra donde vivimos.
Cuando nuestra tierra es violada, nuestra religión también lo es.
Cuando nuestros espíritus están quebrantados, nuestra espiritualidad
también.

Señora Presidente,

El Dineh tradicional acoge con beneplácito el informe del Sr.
Abdelfattah Amor [Relator especial sobre Intolerancia Religiosa en su
visita a los Estados Unidos a principios del año pasado
(E/C.4/1999/58/Add.1]. El Sr. Amor inscribió en su informe algunas de
las voces, hasta ahora ignoradas, quejas y sueños de los Pueblos
Indígenas del mundo. Su visita a Black Mesa es histórica y simbólica
en eso, en un momento difícil del conflicto de nuestro pueblo, nos
ayudó a levantar nuestras esperanzas, despertó nuestros sueños, y
prestó oído atento a nuestras pronósticos. Pero aún queda mucho por
decir acerca de la situación de los Dineh.

El Sr. Amor tiene como objetivo de sus observaciones que la
jurisprudencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos apunta a
"salvaguardas no aplicables al culto de sitios sagrados" ( 52-55). En
nuestro caso, los sitios sagrados Dineh están se superponen a nuestras
casas, ganado y cultivos.

Hoy en día más de 12,000 Dineh han sido reubicados fuera de sus
hogares, arrancados de sus hogares y de sus ritos y cementerios
sagrados. Nuestra religión nos vincula inseparablemente a nuestra
tierra que creemos es sagrada. Las minas de carbón violan la
integridad a nuestra tierra y por esta razón hace trizas cada célula
de nuestra identidad religiosa. El programa de reubicación de los
Navajo instituido por el gobierno de los Estados Unidos priva nuestro
pueblo de sus tierras ancestrales y del derecho inherente de
propiedad. También corta el vínculo sagrado a nuestra tierra y nos
niega un lugar de reunión para practicar nuestras ceremonias
religiosas.

Las prácticas medioambientales insostenibles sin ningún control de las
corporaciones mineras multinacionales imponen el racismo contra
nosotros. Las actuales leyes gubernamentales de Estados Unidos tales
como la Ley Grave de Protección y Repatriación del Nativo Americano
(NAGRA) y la Ley de Antigüedades están pendientes de cumplimiento.

Señora Presidente,

El gobierno de los Estados Unidos debe reconocer que los asentamientos
territoriales no pueden jamás privar a los Pueblos Indígenas de su
derecho a permanecer en sus tradicionales/inmemoriales tierras y por
consiguiente la práctica de su religión. Nuestra tierra es sagrada y
no creemos pueda sernos expropiada. El gobierno de Estados Unidos no
puede y no debe subordinar nuestra supervivencia como pueblo a los
intereses económicos más que al apoyo de los intereses de los Pueblos
Indígenas.

Los vínculos religiosos a nuestra tierra requieren que sigamos siendo
sus guardianes. Esta es la instrucción dada por nuestro Creador. No
queremos que las leyes gubernamentales de Estados Unidos nos denieguen
nuestra religiosidad. Somos gente que desea estar en comunidad con
otras gentes de la tierra. Deseamos manejar la "generosidad" de
nuestras tierras por nosotros mismos y para el uso de nuestros hijos.
Nosotros, tanto como ustedes, aspira a una buena educación y un mundo
tolerante en lo religioso para nuestros hijos.

Deseamos una vida en la que seamos capaces de sustentar nuestra vida y
practicar nuestra religiosidad, a fin de vivir en paz, con dignidad,
seguridad y en armonía. La manera como usamos nuestras tierras y
pastizales debe ser una decisión adoptada por nuestro pueblo. La
alambrada de púas que cercan nuestras tierras nos obliga a vivir como
prisioneros e intrusos en nuestra propio territorio ancestral.

El Sr. Bautista concluye esta declaración:

Señora Presidente,

Deseamos llamar su atención a la referencia en el Informe sobre los
Dineh como "pequeña minoría religiosa en una democracia plasmada por
la voluntad de la mayoría". ¿Por qué se utilizó "minoría religiosa" en
la misma frase como "democracia"? Los Dineh son parte del proceso
democrático de los Estados Unidos, esto es claro. Se les puede
describir como una minoría en qué mayoría. ¿Pero, que significa
describir los Dineh como una "minoría religiosa"? Preguntamos, ¿una
minoría religiosa de qué mayoría? ¿Quién es la mayoría religiosa en
los Estados Unidos? Esta referencia puede servir en adelante para
marginar a los Dineh.

La Iglesia Metodista Unida aboga por una norma jurídica para todos los
pueblos basado en el respeto de la justicia, derechos humanos,
libertad de culto y tolerancia. Por esta razón, prestamos nuestro
apoyo permanente al fortalecimiento del mandato del Relator especial
sobre Intolerancia Religiosa. Instamos a la Comisión a una ampliación
de la investigación sobre intolerancia religiosa en los Estados
Unidos. Además, apoyamos la recomendación del relator especial a
cambiar su título a Relator especial de Religión o Creencias. Además
apoyamos el llamado de las ONGs colegas indígenas por el nombramiento
de un relator especial sobre Derechos Humanos Indígenas.

Gracias Señora Presidente y distinguidos delegados.
------------
The General Board of Church and society (GBCS) es la agencia de
defensa pública internacional política y social de la Iglesia
Metodista Unida. Es una ONG internacional de estatuto consultivo ante
ECOSOC. Esta declaración está relacionado con la aprobación del Rev.
Dr. Thom White Wolf Fassett, Secretario General del GBCS. Sólo la
Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida habla por la iglesia

entera.

 

 

 

 

 

Date:
Mon, 10 May 1999 17:10:26 MST
From:
"Marsha Monestersky" <mmonestersky@hotmail.com> Add to
Address Book
Subject:
Part XIII-Spanish translation of Item 11 (e)
To:
dinetah29@aol.com

 

Intervención del Consejo General de Iglesia y Sociedad,
de la Iglesia Metodista Unida
Presentada a la 55 Sesión de la Comisión de Naciones Unidas
sobre de Derechos Humanos
Ginebra, Suiza
13 de abril de 1999
Leído por Libertao C. Bautista y Peggy Francis Scott
Item 11 e Religious Intolerance

 

Estimada Señora Presidente:

Hablo en representación del Consejo General de Iglesia. Nuestra
iglesia tiene desde hace mucho tiempo un compromiso de solidaridad con
los Pueblos Indígenas y contra la intolerancia religiosa.

Es nuestra política "apoyar a las necesidades y aspiraciones de los
pueblos nativos de América en su lucha por la vida y por el
mantenimiento de la integridad de su cultura en un mundo que busca su
asimilación, occidentalización y absorción de sus tierras y poner fin
a su tradicional modo de vida" (1996 Book of Resolutions of The United
Methodist Church, p.181).

La Sra. Peggy Francis Scott continúa mi declaración:

El Dineh tradicional vive en Black Mesa, una región remota al noreste
de Arizona, en los Estados Unidos. Es un pueblo místico cuya
identidad, modo de ser, modo de conocer y actuar están íntimamente
vinculados a la tierra. La religiosidad Dineh está inseparablemente
vinculada a la tierra. Cada acto de la vida diaria de los Dineh está
intrínsecamente compenetrado a este territorio y a la tierra.

Venimos ante usted como un pueblo orgulloso de nuestra tradición y
nuestra religiosidad. Pero también venimos con el cuerpo herido y el
alma destrozada. Nuestra identidad religiosa y estructuras
(conceptuales) están íntimamente vinculadas a la tierra donde vivimos.
Cuando nuestra tierra es violada, nuestra religión también lo es.
Cuando nuestros espíritus están quebrantados, nuestra espiritualidad
también.

Señora Presidente,

El Dineh tradicional acoge con beneplácito el informe del Sr.
Abdelfattah Amor [Relator especial sobre Intolerancia Religiosa en su
visita a los Estados Unidos a principios del año pasado
(E/C.4/1999/58/Add.1]. El Sr. Amor inscribió en su informe algunas de
las voces, hasta ahora ignoradas, quejas y sueños de los Pueblos
Indígenas del mundo. Su visita a Black Mesa es histórica y simbólica
en eso, en un momento difícil del conflicto de nuestro pueblo, nos
ayudó a levantar nuestras esperanzas, despertó nuestros sueños, y
prestó oído atento a nuestras pronósticos. Pero aún queda mucho por
decir acerca de la situación de los Dineh.

El Sr. Amor tiene como objetivo de sus observaciones que la
jurisprudencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos apunta a
"salvaguardas no aplicables al culto de sitios sagrados" ( 52-55). En
nuestro caso, los sitios sagrados Dineh están se superponen a nuestras
casas, ganado y cultivos.

Hoy en día más de 12,000 Dineh han sido reubicados fuera de sus
hogares, arrancados de sus hogares y de sus ritos y cementerios
sagrados. Nuestra religión nos vincula inseparablemente a nuestra
tierra que creemos es sagrada. Las minas de carbón violan la
integridad a nuestra tierra y por esta razón hace trizas cada célula
de nuestra identidad religiosa. El programa de reubicación de los
Navajo instituido por el gobierno de los Estados Unidos priva nuestro
pueblo de sus tierras ancestrales y del derecho inherente de
propiedad. También corta el vínculo sagrado a nuestra tierra y nos
niega un lugar de reunión para practicar nuestras ceremonias
religiosas.

Las prácticas medioambientales insostenibles sin ningún control de las
corporaciones mineras multinacionales imponen el racismo contra
nosotros. Las actuales leyes gubernamentales de Estados Unidos tales
como la Ley Grave de Protección y Repatriación del Nativo Americano
(NAGRA) y la Ley de Antigüedades están pendientes de cumplimiento.

Señora Presidente,

El gobierno de los Estados Unidos debe reconocer que los asentamientos
territoriales no pueden jamás privar a los Pueblos Indígenas de su
derecho a permanecer en sus tradicionales/inmemoriales tierras y por
consiguiente la práctica de su religión. Nuestra tierra es sagrada y
no creemos pueda sernos expropiada. El gobierno de Estados Unidos no
puede y no debe subordinar nuestra supervivencia como pueblo a los
intereses económicos más que al apoyo de los intereses de los Pueblos
Indígenas.

Los vínculos religiosos a nuestra tierra requieren que sigamos siendo
sus guardianes. Esta es la instrucción dada por nuestro Creador. No
queremos que las leyes gubernamentales de Estados Unidos nos denieguen
nuestra religiosidad. Somos gente que desea estar en comunidad con
otras gentes de la tierra. Deseamos manejar la "generosidad" de
nuestras tierras por nosotros mismos y para el uso de nuestros hijos.
Nosotros, tanto como ustedes, aspira a una buena educación y un mundo
tolerante en lo religioso para nuestros hijos.

Deseamos una vida en la que seamos capaces de sustentar nuestra vida y
practicar nuestra religiosidad, a fin de vivir en paz, con dignidad,
seguridad y en armonía. La manera como usamos nuestras tierras y
pastizales debe ser una decisión adoptada por nuestro pueblo. La
alambrada de púas que cercan nuestras tierras nos obliga a vivir como
prisioneros e intrusos en nuestra propio territorio ancestral.

El Sr. Bautista concluye esta declaración:

Señora Presidente,

Deseamos llamar su atención a la referencia en el Informe sobre los
Dineh como "pequeña minoría religiosa en una democracia plasmada por
la voluntad de la mayoría". ¿Por qué se utilizó "minoría religiosa" en
la misma frase como "democracia"? Los Dineh son parte del proceso
democrático de los Estados Unidos, esto es claro. Se les puede
describir como una minoría en qué mayoría. ¿Pero, que significa
describir los Dineh como una "minoría religiosa"? Preguntamos, ¿una
minoría religiosa de qué mayoría? ¿Quién es la mayoría religiosa en
los Estados Unidos? Esta referencia puede servir en adelante para
marginar a los Dineh.

La Iglesia Metodista Unida aboga por una norma jurídica para todos los
pueblos basado en el respeto de la justicia, derechos humanos,
libertad de culto y tolerancia. Por esta razón, prestamos nuestro
apoyo permanente al fortalecimiento del mandato del Relator especial
sobre Intolerancia Religiosa. Instamos a la Comisión a una ampliación
de la investigación sobre intolerancia religiosa en los Estados
Unidos. Además, apoyamos la recomendación del relator especial a
cambiar su título a Relator especial de Religión o Creencias. Además
apoyamos el llamado de las ONGs colegas indígenas por el nombramiento
de un relator especial sobre Derechos Humanos Indígenas.

Gracias Señora Presidente y distinguidos delegados.
------------
The General Board of Church and society (GBCS) es la agencia de
defensa pública internacional política y social de la Iglesia
Metodista Unida. Es una ONG internacional de estatuto consultivo ante
ECOSOC. Esta declaración está relacionado con la aprobación del Rev.
Dr. Thom White Wolf Fassett, Secretario General del GBCS. Sólo la
Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida habla por la iglesia
entera.